viernes, 25 de junio de 2010

Auto Bondage


Hace unos 15 días, estaba sola en casa.

Mi nombre es Andrea, tengo 32 años, soy de cuerpo delgado, de mediana estatura, tez clara, mi novia se llama Karla, ella es de contextura más gruesa, tiene un cuerpo bronceado y tiene la edad de 27 años.


Miércoles al mediodía para ser exactos. De repente, sentí el deseo de atarme como ya lo había hecho en varias ocasiones. Pero tenía el deseo de hacerlo más interesante y excitante. Me coloque un traje de licra rojo, que me cubre desde la punta de mis pies hasta el cuello, me observo al espejo y veo que soy muy sexy. Entonces, me puse las botas que pertenecen a mi novia, las botas me llegan a las rodillas, con un talón negro de 6 pulgadas de alto.

Maquillo mi rostro y lo dejo lo mas provocativa posible. Mi forma de escapar es colocando grilletes que uno con unos pequeños candados, dejo las llaves cerca y de esa forma logro liberarme. Pero esta vez, tenia de la necesidad de elevar el nivel de dificultad. Me arrodille sobre la cama tomé cinta adhesiva y la pase por mis muslos y el tacón de la bota, impidiendo estar de pie. Luego me coloque una mordaza y apreté muy bien detrás mi cabeza quitándome la posibilidad de hablar, coloque los grilletes en mis muñecas y los ajuste, además me coloque un collar de perrita. En este momento mi cuerpo hervía de placer. Luego me coloque un cinturón delgado y pase la cadena que unía mis grilletes debajo del cinturón de modo que no permitiera elevar mis brazos. Me tumbe en la cama, escuchando mis gemidos y el sonar de mis grilletes. Lo había conseguido, estaba en una posición Hogtied.

De pronto escuche la puerta, abrirse y escuche que entraba alguien, en ese momento rodé sobre mi costado para poder tomar las llaves, en el momento que lo logre, entra Karla, me observa sorprendida. Lo peor es que ella no sabía nada de mi fantasía.

Ella nunca regresaba a casa, ya que es muy ordenada y deja todo listo para no tener que regresar. Pero ese día no fue así. Se acerco y quito la mordaza de mi boca y pregunto ¿Qué está pasando?, me moría de vergüenza de encontrarme atada, amordazada, sobre la cama. En ese momento me beso, me sonrió, y tomó las llaves de mis manos, yo me encontraba confundida y sin pensarlo coloco nuevamente la mordaza. Se puso de pie y tomo la cinta adhesiva y comenzó a unir mis codos y dijo así esta mejor puta, comencé a gemir tratando de ser liberada.
Karla se aproxima a mi oído, y me susurra, ya verás como será ahora tu vida puta. No podía creerlo, pero a la vez me excite tanto que deseaba tener un orgasmo ahí mismo, gemí como loca retorciéndome contra mis ataduras, ella se levanto y se fue a trabajar, dejándome excitada, atada y amordazada todo el día.

Como iba a imaginar que ese día comenzaría una vida de placer.